
Tanto la antigua N-VI como la actual A-6 han registrado intenso tráfico de baloncestistas entre A Coruña y Lugo. Se puede decir que el tráfico ha sido casi siempre unidireccional desde Lugo a A Coruña, porque pocos casos se conocen de jugadores coruñeses que hayan formado en los equipos lucenses en su vida deportiva.
Desde los lejanos tiempos de Carlos Lamela, allá por 1965, hasta el actual Pablo Ferreiro, han sido varios los jugadores lucenses que han jugado en los equipos coruñeses.
No pretendo hacer aquí un exhaustivo recuento de “viajeros”, ni nada parecido, sino una especie de recuerdo a los que dejaron huella en sus equipos y en la afición.
Aunque sabemos del trabajo de Juan Quiñoá como entrenador, tanto de Estudiantes como de Maristas, a finales de los cincuenta del siglo XX, el primer jugador lucense del que tenemos noticia es de Carlos Lamela.
Llegó al Bosco para realizar la doble tarea de entrenador y jugador, procedente del SEU compostelano, en la temporada 1965-66 y estuvo esa y la siguiente, 1966-67.
Había comenzado a jugar con 14 años en los juveniles del Santo Tomás de Lugo, y durante su estancia en la Universidad de Santiago lo hizo en el SEU, de Segunda División. En el Bosco actuaba, según sus propias palabras “por fuera”, lo que el entrevistador (V., en La Voz de Galicia) aclaraba para los profanos, “quiere decir que dirige el juego”.
Carlos había sido internacional ya con 17 años y repitió con 18. Se trataba de una selección de esas edades que participó en un europeo reservado a países católicos (o algo así).
Del Bosco marchó al Breogán (1968-69), donde fue capitán y miembro del equipo que ascendió a Primera División en 1970. Después volvió a Santiago, donde ejerció como profesor en el Colegio Manuel Peleteiro y entrenó al Obradoiro en la temporada 76-77… Fue además director del Servicio de Deportes del Concello de Santiago. Falleció en 2017.
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